Entrar a la prepa es como entrar a un nuevo mundo, ahí ya no eres más una niña que sus papás van y dejan a la entrada de la escuela, se acabó llevar el maldito uniforme con faldas. Es el momento en el que eres más tú. Recuerdo que los tres años de preparatoria conocí mucha gente, crecí, me enamoré, odié, reí, lloré...
Mientras transcurría el primer año de preparatoria recuerdo que la melancolía de haber dejado a Nora así como así aún me invadía, la extrañaba; por un lado necesitaba saber de ella, saber si ella me extrañaba tanto como yo, pero por otro lado estaba decidida a dejarla de una ves por todas, esa era mi oportunidad, era como mi nuevo comenzar, borrón y cuenta nueva, además que tan difícil podría ser olvidar a alguien que solo quiere ser tu hermana?. Decidí dejar la idea de que era lesbiana de un lado y enfocarme a lo que era, buscar un novio para que mi mamá dejara esas ideas de una ves por todas.
Era mi primera clase de Literatura, estábamos esperando a que llegara el "profesor", la clase empezaba a las 8:00 y ya pasaba de la hora pero de pronto entro ella, era ella no él, por un momento pensé que me había equivocado de clase, pero no era así. No sé como explicar las sensaciones que sentí, era hermosa y joven, como unos 25 años y ya era mi maestra, yo estaba lista para aprender todo lo que ella quisiera enseñarme. Pasaron los días y la idea de buscar la novio se fue de mi mente por unos meses, tenia amigos pero nada que se le pareciera a un novio, en mi mente solo estaba Nora, y la nueva maestra. Pude conocerla, no puedo decir que éramos amigas, pero me inspiraba confianza. Muy dentro de mí sabía que nada podría pasar con ella, era mi maestra, 9 años mayor que yo y además se iba a casar, tenía la ilusión de una vida "perfecta" en donde estaba el hombre, los dos hijos y perro. Después de unos meces teníamos mucha confianza que un día así como así a ella fue a la primera persona que le dije que....
M: Y tú que quieres ser de grande
Yo: Pues aún no lo sé, no tengo nada claro.
M: Te gustaría casarte?
Yo: Umm, no la verdad creo que eso no es para mí
M: Por qué?
Yo: Pues no lo sé, simplemente no creo que pudiera casarme.
M: Ay no digas eso, ya verás que encontrarás a tu príncipe azul, yo pensaba lo mismo a tu edad.
Yo: Ah si?.
Yo: Puedo contarle algo?
M: Sí dime...
Yo: Creo que me gustan las mujeres (lo dije con voz tan baja que creo que no lo escuchó claramente)
M: Qué?
Yo: Que creo que me gustan las mujeres pero no estoy segura.
M: No "hija" como crees eres muy joven para pensar esas cosas, no busques una vida así, eres guapa y encontrarás al hombre ideal. No vayas por el camino equivocado, no tengo nada contra los gays pero simplemente creo que no podrían ser felices nunca, siempre les faltará algo.
Yo: Sí tiene razón es el camino equivocado.
Yo: Bueno pues, me tengo que ir.
Me sentí tan mal, "ir por el camino equivocado, dijo?", no lo podía creer, no pensé que fuera de mente tan cerrada, pude ver su cara como de asco y desprecio a la ves que por eso le dije "tiene razón es el camino equivocado". Los siguientes días no podía verla a la cara, me sentía tan incómoda, ella sabía mi secreto y no lo veía con buenos ojos. A las dos semanas de mi declaración ella se acercó a mí y dijo:
M: Dile a tu mamá que necesito hablar con ella
Me quedé en shock, ¿qué quería ella hablar con mi madre?, ¿qué necesitaba decirle?, me arrepentí por días de haber abierto la boca, ¿por qué le dije?, ¿por qué?. Obviamente que jamás le dije a mi mamá que fuera, estaba segura que la maestra le hablaría de mis ideas desviadas. La idea de buscar al novio se volvió más necesaria que nunca, ahora no solo tenía que demostrarle a mi madre que no era Lesbiana, ahora la maestra también dudaba de mis preferencias. Había un chico que me rondaba, era lindo y pues no lo dudé, en cuanto él me dijo yo dije siiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!. Sé que es muy malo usar a la gente, por que eso hice con el, lo usé para guardar las apariencias, no me atraía ni en lo más mínimo, no sentía nada con sus disque "besos", jamás le dije que lo quería, jamás lo tomé de la mano, nunca dejé que me acompañara a mi casa, pero eso era lo de menos, lo importante era el título TENGO NOVIO, hice que todas mis amigas y amigos se enteraran de lo que había entre nosotros, mi madre jamás lo supo, se supone que ese era el objetico pero no sé por qué me daba pena decírselo.
Qué feo es tener miedo, que feo es tener que hacer cosas para que nadie te "cache", que difícil es entender y saber que eres lesbiana y que por más que el chavo con el que estés sea lindo, nunca te hará sentir lo que sientes cuando una mujer que te gusta te hace sentir con sus miradas. No duré con él más de 3 meses, lo dejé para siempre recuerdo las últimas palabras que le dije: Lo siento, no soy lo que tu crees, ya no podemos ser novios, perdóname por haber sido así contigo, no puedo engañarme más, nunca te voy a olvidar.
Pude ver como sus ojos se llenaron de lagrimas, me sentí la peor de las peores.
Terminó el primer año de prepa, vinieron las vacaciones y yo seguía con la L de lesbiana en la frente y con Nora a mi lado otra ves, me enteré que ella me extrañó tanto como yo a ella.
CONTINUARA...
